¿Cómo debe funcionar una ciudad inteligente?

¿Cómo debe funcionar una ciudad inteligente?

La digitalización ha transformado nuestro entorno y está construyendo grandes ciudades inteligentes que buscan innovar e impactar la vida de sus ciudadanos.

Es un hecho que la digitalización ya transformó el mundo y que muchas mega ciudades están a la vanguardia de esta transformación digital, incluso pueblos o ciudades pequeñas buscan la manera de co-innovar y generar algún impacto a largo plazo gracias a la tecnología digital.
Lo más extraordinario de todo esto es que las ciudades y, sobre todo sus ciudadanos, están generando millones de datos: desde información que existe en aplicaciones móviles, automóviles, hogares, hasta la manera en cómo utilizamos el transporte público. Con la finalidad de crear un mejor entorno para todos los que habitamos en las ciudades, estos datos se aprovechan para crear mejores servicios, una verdadera ciudad inteligente.
De acuerdo con las Naciones Unidas, las ciudades y las comunidades deben de ser inclusivas, resilentes, seguras y sostenibles, por tal motivo, las ciudades deben de estar construidas y enfocadas en servir a sus habitantes.
Para lograr lo anterior, deben de colaborar en 5 rubros que son: gobernanza, economía, transporte, medio ambiente y recursos. Además, los ciudadanos, gobiernos, proveedores y empresas deben de generar sinergias para crear oportunidades de crecimiento.
Cada ciudad es independiente, y tiene la obligación de proporcionar infraestructura, comunicaciones y seguridad. Sin embargo, todo gira en función de las circunstancias de cada una de ellas como la demografía y tipos de gobierno. Pero, independientemente de esto, buscan implementar infraestructura inteligente, apoyar a sus ciudadanos, ser sustentables, bajar los índices de contaminación, etc.
Un ejemplo claro es Sant Cugat, una ciudad en Cataluña, España, esta ciudad a través de tecnologías para ciudades inteligentes aumenta el brillo de la iluminación cuando detecta algún movimiento o alerta a los vecinos en caso de que exista algún nivel de ruido ocasionado por alguna fiesta. Otro ejemplo es la Ciudad de Buenos Aires en Argentina, en donde el Gobierno eliminó riesgos por las inundaciones causados por las fuertes lluvias gracias a al análisis de datos en tiempo real provenientes de distintas fuentes. En estos ejemplos, la digitalización hace que la calidad de vida de los ciudadanos aumente.
Para lograr una ciudad inteligente, se deben tener iniciativas SMART (Social, Measurable, Adjustable, Responsive y Trackable) que garanticen que las acciones generadas sean en beneficio de todas las personas. El ADN de una ciudad inteligente está impulsado por su capacidad de innovación y la forma en que todas las partes (ciudadanos, gobiernos, empresas) generen sinergias para poder planear y poderse adelantar a los problemas desde lo económico-social hasta el medio ambiente.
Ejemplos como la iluminación de Sant Cugat o el sistema para evitar inundaciones en Buenos Aires son formas de cómo la sinergia entre gobiernos y empresas pueden ayudar a sobrepasar los desafíos y convertirlos en oportunidades en beneficio de los ciudadanos. Además, los esfuerzos de ambas ciudades han tenido éxito porque se construyeron alrededor del ecosistema de la ciudad. La innovación en el proceso, el modelo de negocio y el impulso para escalar más allá, fueron clave para acelerar la implementación de los proyectos.
Los gobiernos de todo el mundo deben de entender que la tecnología es su gran aliado y que juega un papel muy importante en la sociedad, por tal motivo, deben de saber cómo aprovechar todos los beneficios que genera la información para mejorar las dinámicas de las ciudades en los años venideros.
La tecnología está transformando todo, tanto gobierno, ciudadanos y empresas debemos de estar preparados para adaptarnos a estos cambios y disfrutar los beneficios de las ciudades inteligentes. En SAP lo invitamos a conocer en nuestras redes sociales cuáles son las  tendencias que marcarán la pauta en la era digital.

América Central y su desafío a ser ciudades inteligentes

La séptima edición del Índice IESE Cities in Motion (Icim), realizado por el Centro de Globalización y Estrategia del IESE Business School, analiza cada año el nivel de desarrollo de 174 ciudades de 80 países en nueve dimensiones consideradas clave para su progreso: economía, capital humano, cohesión social, medio ambiente, gobernanza, planificación urbana, proyección internacional, tecnología y movilidad y transporte.

En el momento en que las ciudades se enfrentan a desafíos inesperados, el principal objetivo del ranking es crear conocimientos y herramientas innovadoras que generan smarter local de gobierno. Esta iniciativa se desarrolla junto a la red internacional de expertos, las empresas privadas y el gobierno local local.

En 2019 colocó a San José, Costa Rica como la ciudad más inteligente de América Central. Sin embargo, para 2020 Panamá tomó la iniciativa colocándose como número 113 (en 2019 el número147) a nivel mundial. Costa Rica ocupó el puesto 114 y Guatemala el 158 (antes 134). La clasificación la encabeza Londres, seguida de Nueva York, Ámsterdam, París y Reikiavik. Europa domina los puestos de cabeza con siete ciudades entre los diez primeros puestos, ya que en el ‘top ten’ también se encuentran Copenhague (8), Berlín (9) y Viena (10). Completan las diez primeras posiciones dos ciudades asiáticas, Tokio (6) y Singapur (7).