Se estima que 5G puede producir un beneficio acumulado de más de un trillón de dólares a las economías latinoamericanas hacia 2030.
Una transformación digital más profunda con el entorno tecnológico de 5G y la adopción de mejores prácticas para el despliegue de infraestructura móvil contribuirán a que las economías latinoamericanas obtengan beneficios económicos duraderos. 5G Americas publicó su reporte “Implementación de redes 5G en América Latina: recomendaciones para fomentar su despliegue” que recopila mejores prácticas y políticas públicas para el desarrollo de infraestructura de telecomunicaciones móviles, partiendo de barreras identificadas en la región.
El estudio reseña que existen a nivel internacional distintas proyecciones sobre las aportaciones económicas atribuibles a 5G y que, aunque difieren en los montos estimados, hay coincidencias en que las contribuciones económicas se explicarían por la adopción de este entorno tecnológico por varios sectores industriales, como complemento de los servicios al público masivo. Esencialmente, diferentes ramos industriales podrán implementar soluciones 5G que ya se conocen para promover eficiencias y mayor productividad en algunos de sus procesos. Por lo tanto, la obtención de los beneficios económicos duraderos con 5G requiere de un desarrollo industrial robusto en los países.
“Para las administraciones nacionales, las políticas que incentiven la evolución de las redes móviles serán importantes para aportar elementos a una recuperación económica en el contexto de la pandemia de Covid-19, pero también para sentar las bases de una infraestructura digital más robusta. Es importante detectar en los distintos niveles de gobierno normas obsoletas o procesos que pueden ser sujetos a mejora para establecer criterios consistentes con los objetivos de cierre de la brecha digital y calidad de los servicios”, mencionó José Otero, Vicepresidente de 5G Americas para América Latina y el Caribe.
Entre los ejemplos que describe el reporte se encuentran normas ágiles para instalación de small cells, mimetización de antenas, homologación de reglamentos de instalación en gobiernos locales y silencio administrativo positivo.
Los mecanismos de asignación del espectro (licitaciones, concursos, subastas) también son un elemento en el que se pueden presentar barreras para el desarrollo de infraestructura, dado que es un insumo esencial para las redes inalámbricas. Licitaciones con altos precios de espectro o con compromisos excesivos pueden desalentar la participación y el aprovechamiento de este bien escaso.
En América Latina y el Caribe ya existen redes 5G disponibles desde 2019, pero está apenas en una fase de crecimiento, mientras que LTE es la tecnología de banda ancha móvil predominante. Tanto la iniciativa privada y los gobiernos han presentado de manera pública pruebas 5G para aplicaciones masivas e industriales (por ejemplo, redes privadas) que dan cuenta de las oportunidades que estas redes ofrecen para la región, por lo que es crucial establecer las políticas adecuadas para promover las inversiones que requerirá el entorno tecnológico de 5G.